Recuerdo la primera vez que escuche hablar
de “La Hora Lombardi” no entendí hasta que me explicaron que Vince Lombardi era uno de los mejores entrenadores de los Estados
Unidos el cual era muy exigente y comprometido con la excelencia, tanto así que
exigía puntualidad a la hora de los entrenamientos, quien no llegaba puntual
simplemente no entrenaba ese día, por ello se denominó “Hora Lombardi”
al hecho de llegar unos 15 minutos antes de la hora acordada (era lo que hacían
los jugadores para evitar que perder un entrenamiento).
Vince Lombardi es hoy por hoy recordado como uno de los más reconocidos coaches deportivos de todos los tiempos, en el año 2000 ESPN lo reconoció
como “Coach of the Century”, muchas de sus frases se escuchan aún antes de los
encuentros deportivos de los EE.UU. y son utilizadas por diversos coaches no
sólo deportivos sino también por coaches que se encargan de diferentes áreas de la vida, de
hecho esta recopilación de frases de Vince
Lombardi pueden ser útiles para los profesionales del Coaching a la hora de inspirar a sus clientes, estoy incluyendo
todas las que me parecieron geniales aunque la mayoría están demasiado
enfocadas a la competición.
Es fácil tener confianza en ti mismo y disciplina
cuando eres un triunfador, cuando eres el número uno. Lo que necesitas es tener
confianza y disciplina cuando todavía no eres un ganador.
Para ganarle a tus oponentes, no tienes que hacerlo de
manera estética. Les ganas con lo mejor que puedes dar.
Debes vivir la vida como si ya hubieses muerto y se te
hubiese dado la oportunidad de vivirla por segunda vez.
La perfección es imposible de alcanzar, pero sólo los
que buscan la perfección son quienes logran alcanzar la excelencia.
Cada pequeño detalle que conocemos de nosotros mismos
exige un esfuerzo correspondiente por mejorar.
Ganar no es todo; es lo único.
No perdimos, solo se nos agotó el tiempo.
Podemos lograr muchas más cosas siempre y cuando no
creamos que lograrlas es imposible.
Si usted no es disparado con entusiasmo, usted será
despedido con entusiasmo.
El precio del éxito es el trabajo duro, la dedicación
para el trabajo inmediato, y la determinación de que ya sea que ganamos o
perdemos, hemos aplicado la mejor apariencia de nosotros mismos a la tarea
cerca.
Creo firmemente que el mejor y mayor momento de
cualquier hombre, su logro más grande y su mayor satisfacción, es aquel momento
sublime en que después de haber trabajado arduamente con todo su empuje,
esfuerzo, dedicación y corazón a favor de una causa noble, se encuentra
exhausto en el campo de batalla, “¡Victorioso!.
Cuanto más trabajas, más difícil es rendirse.
Sólo hay una manera de tener éxito, darlo todo. Yo lo
hago y demando que mis jugadores hagan lo mismo.
Una vez que aprendes a rendirte, eso se convierte en
un hábito.
Ganar es un hábito, por desgracia también lo es
perder.
La practica no siempre hace la perfección pero si
forja al maestro perfecto.
Los ganadores nunca abandonan y los perdedores nunca
ganan.
Las personas que trabajan en equipo vencen, ya sea que
vayan contra la defensa de un equipo de futbol o contra los problemas de la
sociedad moderna.
El futbol es como la vida, se requiere de trabajo
duro, sacrificio, perseverancia, abnegación, dedicación y fuerza de voluntad.
Los líderes no nacen, se hacen. Están hechos por el
esfuerzo duro, que es el precio que todos nosotros debemos pagar para alcanzar
cualquier meta que valga la pena.
Si no importa quien gana o pierde en el juego,
¿entonces por qué llevan la cuenta en el marcador?
No importa si te derriban, lo que importa es si te
levantas.
La medida de lo que somos es lo que hacemos con lo que
tenemos.
El que se esfuerza solo un poco, recibirá sólo un
poco.
Tú no ganas a veces, tú no haces las cosas bien a
veces, tú lo debes de hacer bien siempre, todo el tiempo.
Compromiso, Sacrificio y Fortaleza Mental.
La confianza es contagiosa, la falta de ella también.
Es esencial entender que las batallas se ganan primero
en los corazones de los hombres.
La diferencia entre una persona exitosa y los otros,
no es la falta de fortaleza ni de conocimiento, sino la falta de deseo.
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